Carta de Francisco I. Madero a Crescencio Villarreal Márquez


Nº 18
AHSRE L-E-855 (1) F. 66
San Pedro, Coahuila, 17 de agosto de 1906
File No. 31 N° 1.

Carta de Francisco I. Madero a Crescencio Villarreal Márquez
Del Rio, Texas,

Copia Como sigue
Francisco I. Madero. San Pedro, Coahuila, México Señor C.V. Márquez, - Muy estimado amigo y correligionario Recibí su grata de 12 del actual, que he leído con interés, y que con gusto paso a contestar.
El proyecto que tuve para la formación del Partido Democrático, al fin no se llevó a cabo, porque todos a quienes invité opinaron que la campaña era larga y penosa.
Por mi lado, después de reflexionar con calma, comprendí que nuestro carácter nacional, no era para hacer una campaña tan larga pues nosotros solo procedemos y progresamos por impulso. En tal virtud me pareció conveniente esperar que se presentara una oportunidad favorable para emprender una enérgica campaña que en poco tiempo pudiera darnos el triunfo deseado.
Por otro lado, opino que esta campaña debe ser democrática, pues no debemos decepcionarnos de las ventajas de ese sistema, por el fracaso que tuvimos los Coahuilenses. Este fracaso era lógico esperarlo, el régimen actual ha echado tantas raíces, a su sombra se han formado tan cuantiosas fortunas, con su estabilidad están ligados tan inmensos intereses, que era imposible que el impulso de un Estado aislado, pudiera vencer contra tantos obstáculos. Sin embargo el impulso nuestro fue enorme, solamente que, precisamente, las condiciones creadas por tanto tiempo de servilismo, desvirtuaron nuestro impulso, porque el candidato nuestro influenciado por la atmosfera que se respira en la capital nunca comprendió las inmensas ventajas que hubiera reportado nuestro partido, si se hubiera enfrentado valerosamente ante nuestro dictador, y le hubiera hablado con la dignidad y la energía, que debían de ser su fuerza.
Los resultados que palpamos hoy, de lo que podría hacer el pueblo en defensa de sus derechos, nos ha hecho comprender que si en un momento dado logramos comunicar el mismo entusiasmo a los demás Estados de la República, el triunfo será inevitable, pero para que esto suceda necesitamos ponernos en una situación inexpugnable, necesitamos luchar valerosamente dentro del campo de la democracia, aprovechando una oportunidad constitucional, como serán las próximas elecciones del Presidente de la República. Yo creo sinceramente, y muchos amigos míos que entonces será el momento propicio para por medio de una enérgica campaña democrática, de corta duración revindicar nuestros derechos y poner al frente de la Nación a un hombre que sepa cumplir, y hacer cumplir la Constitución, dejando de este modo de ser una formula ridícula, lo que debía ser la más sagrada de las protestas la encarnación de las nobles aspiraciones del ciudadano.
Ya ve, usted, pues, como no he dejado de ser un miembro del Partido Liberal, parece que usted, compartiendo el error de los Señores Magón, supone que no son liberales lo que no han firmado el cupón de adhesión.
No sé qué fin siguen esos señores pues si desean una campaña democrática, no es en este momento la hora más propicia para iniciarla y sobre todo creo que debe conducirse dentro de los límites del país para lo cual es necesario a la vez, la mejor energía y gran tacto para no dar pretexto a que les cierren la imprenta o los inutilicen de cualquier modo.
Si lo que persiguen es inflamar el país en una revolución, creo que no lo lograran pues por más que ellos digan, no hay ningún pretexto plausible, para tomar tal determinación y creo que en las actuales circunstancias seria antipatriótico tal proceder.
Me dirá usted que de cualquier modo que fuere debía de adherirme a la Junta de St. Louis Mo., pero diré a usted en respuesta, que no me gusta la política que han seguido esos Señores Magón, pues sin distinción de ninguna especie insultan a todo el mundo y por cosas enteramente domesticas se ponen a insultar y a calumniar a liberales tan inmaculados como el ingeniero Camilo Arriaga, y se ponen a manchar las hojas de su órgano, con los insultos más soeces hacia una Señora.
No son esas las personas que nos convienen para dirigir el Partido Liberal por el sendero que debe seguir.
De todos modos, veo en usted al infatigable luchador, el patriota verdadero y aunque en detalles de forma no estamos de acuerdo, si lo estamos en lo principal, por cuyo motivo tendré gusto en volver a leer de sus gratas letras.
Asegurándole mi estimación y aprecio, quedo su correligionario y amigo que mucho lo aprecio.


Francisco I. Madero
Firmado

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