Oficio del Cónsul de México en Caléxico, California: E. de la Sierra al Encargado de Negocios en Washington


Nº 199
AHSRE L-E-862 (4) FF. 227 a 237
Consulado de México
Caléxico, California, 17 de febrero de 1911
Nº 672

Oficio del Cónsul de México en Caléxico, California: E. de la Sierra al Encargado de Negocios en Washington
Washington, D. C.

Asunto: Nueva toma de Mexicali y actividades revolucionarias en ésta.

La partida de revoltosos que había sorprendido a Mexicali el 29 de enero pasado, retirándose a las montañas del oeste rumbo a Ensenada, regresó a Mexicali, apoderándose nuevamente de la población a media noche del día diez del corriente, sin que se le opusiera resistencia alguna por los pocos empleados públicos y vecinos. Desde la primera sorpresa la mayor parte de los últimos emigraron para Calexico y los funcionarios y empleados públicos de Mexicali hicieron lo propio. Sin embargo, del día 1o. al diez, el servicio aduanal estuvo desempeñado normalmente, sin que fueran molestados los empleados respectivos en el desempeño de sus funciones. El tráfico del ferrocarril Inter California, de Mexicali a Algodones siguió sin interrupción hasta la fecha citada y con excepción de que el Sub prefecto y Juez de 1a. Instancia y empleados de su dependencia no pasaron nuevamente a Mexicali, la situación era tranquila.
Al saberse el día 10 en la tarde que los revoltosos se acercaban, trató de organizarse la resistencia por los empleados aduanales, quienes procuraron reunir algunos vecinos; no lo consiguieron y fue preciso que todos pasaran para Calexico, haciéndolo al último la ronda de celadores al ser atacada por triple número de revoltosos.
Mandaba éstos un socialista americano, llamado Simon Berthold [Simon Berthold Chacón nació en Sonora] individuo de pésimos antecedentes y quien se sabe tiene pendientes cuentas con la justicia de este país. Dicho individuo procuró hablar desde luego con el Comandante de las fuerzas americanas enviadas aquí para la preservación de la neutralidad. El Capitán Conrad S. Babcock lo hizo venir a su campamento que dista como unas tres cuadras de la línea fronteriza, enviando a un teniente y un soldado que acompañaran al cabecilla revoltoso de la frontera al campamento y después de la entrevista lo volvieron al punto de partida.
Inmediatamente que tuve conocimiento de ello me apersoné con el capitán Babcock y le hice una propuesta verbal, que después ratifiqué por escrito, porque, en mi opinión, el conferenciar con el cabecilla era tanto como darle carácter de beligerante, que ninguno de los grupos de revoltosos tiene ni le ha sido reconocido por ningún Gobierno. En nuestra entrevista el Capitán me dijo que Berthold había protestado porque los empleados aduanales habían estado despachando durante el día y algunos pasaban la noche en terreno americano. También me dijo que Berthold había pedido permiso para obtener provisiones y el Capitán Babcock, lejos de negarse rotundamente a ello le prometió pedir instrucciones a su superior. Llamo la atención de usted hacia la respuesta escrita que me dio. (Anexo Nº 2)
Como antes digo ratifiqué posteriormente mi protesta por escrito en los términos que se servirá usted ver en la copia adjunta, (Anexo Nº1), e inmediatamente dirigí a usted el siguiente mensaje cuyo contenido tengo el honor de confirmar:
“Partida revoltosos volvió anoche apoderarse Mexicali sin resistencia. Cabecilla pasó hoy a protestar ante jefe fuerza americana por estancia aquí autoridades mexicanas pidiendo también permiso obtener provisiones aquí. Protesté hecho. Ruégole deme instrucciones, suplicándole impidase obtengan lo que piden. (...)
El mismo dia 12 avisé oficialmente a las autoridades aduanales la clausura del tráfico legal por Mexicali, de acuerdo con lo prevenido en el artículo 6o. de la Ordenanza General de Aduanas. Ese mismo día dirigí al Capitán Babcock la nota cuya copia envío (anexo 5) en que le recomiendo evite, dentro de la esfera de sus atribuciones, que los revoltosos se provean de víveres y pertrechos de guerra, así como le recomiendo la vigilancia, especialmente al este de esta ciudad.
A pesar de esto los revoltosos han ido aumentando su número que bien puede llegar a doscientos, con los muchos individuos de ambas nacionalidades que han pasado impunemente la frontera hacia Mexicali por el vado público, además de los que pasan por otros lugares, en donde a pesar de haber pasos sobre el canal tiene en cuenta que sólo como cincuenta y cuatro revoltosos llegaron la noche del 10 y al día siguiente llegó el otro cabecilla con unos veinticinco más, haciendo un total de unos ochenta hombres, que hasta fecha casi se ha triplicado.(...)
El día 15 se avistó la pequeña fuerza al mando del Coronel Vega y como a las dos y media de la tarde se encontraban frente a Mexicali al Oeste. Por este lado así como por el Sur, el pueblo está limitado por un barranco de unos treinta metros de profundidad y más de ciento cincuenta de ancho, por cuyo fondo corre el exceso de agua de los canales de irrigación. Para entrar a Mexicali únicamente hay un solo punto vadeable y accesible y tan pronto como los revoltosos vieron que estaba cerca la fuerza federal, hicieron desaparecer ese paso con dinamita. El señor Vega trató de reconocer las posiciones del enemigo y se entabló un nutrido tiroteo que duró como dos horas, al fin de las cuales los federales se retiraron, dejando en el campo tres muertos. Posteriormente se ha averiguado que el total de heridos fueron ocho, inclusive el Coronel Vega, quien recibió una herida en el brazo y otra en el cuello, aunque se me asegura que no de gravedad.
Se esperaba que esa noche hubiera otro ataque o que a la mañana siguiente las tropas hubieran dirigidose hacia el Este, que es el único rumbo por donde no hay barranco. No se verificó nada de eso, sin embargo, sino que la tropa se retiró quizá en espera de refuerzos.
Durante la acción la mayor parte de la fuerza de caballería americana se reconcentró frente a las oficinas de la California Development Company. En el observatorio que tiene esa compañía sobre un tanque de agua, precisamente en la línea fronteriza estuvieron el Comandante Babcock, algunos oficiales el Mayor de Calexico y periodistas.
Los heridos de los revoltosos fueron traídos a la frontera, siendo recibidos ahí por los cirujanos militares y llevados a la aduana americana. Más tarde se improvisó un hospital de sangre en el City Hall, a donde ayer fueron traídos dos heridos de los federales.
Los revoltosos aparentemente tuvieron 5 muertos y tres heridos, que están aquí y son Bernardo Mota, Francisco Quijada y J.L. Mc Donald. Además, el revoltoso Fernado Palomares se presentó en la frontera pidiendo auxilios médicos por estar enfermo del corazón, según dijo, y haberse afectado con la acción de armas.
Debo manifestar a usted, además, que en la madrugada de ayer, 16, fue aprehendido un revoltoso, americano, de apellido Holmes, a quien se le recogió correspondencia de los Magón, etc., alguna de ella dirigida á José Cardoza, quien parece murió en el encuentro del día 15 y quien era primer ayudante de Leyva. De esta aprehensión no me ha comunicado nada el Capitán Babcock, por lo cual creí prudente dirigirle la comunicación que se servirá usted ver como anexo número 11.
Para conocimiento de usted le envío copia también de otra comunicación dirigida al mismo hoy, llamándole la atención hacia la ineficacia de la vigilancia y aún le cito lo que yo mismo ví. (anexo 12). También remito copia de la que le envío para llamarle la atención hacia la llegada a esta ciudad del socialista John Kenneth Turner, autor de los artículos “México Barbaro”, quien fue visto en los Ángeles el día anterior, comprando municiones y rifles. Este individuo acompañado del dueño del periódico local, “Calexico Chronicle” pasó a Mexicali y estuvo examinando las posiciones de los revoltosos, de lo cual, con lujo de detalles, dio cuenta ese periódico.
De todo lo anterior ya doy cuenta a nuestra Secretaría de Relaciones, para lo que haya lugar, enviándole también copia de los anexos a la presente.
Atentamente ruego a usted que se sirva darme aquellas instrucciones que estime del caso, a fin de que mis gestiones tengan más éxito para los intereses de nuestro gobierno.
Ruego a usted también se sirva dispensar que mis telegramas hayan sido enviados por cobrar, en virtud de que en este mes no he tenido recaudación y no tengo fondo alguno para gastos extraordinarios.
Reitero a usted, con este motivo, las seguridades de mi más respetuosa consideración.


E. de la Sierra
Firmado

Señor Encargado de Negocios ad interim de México, Washington, D.C.

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