Los rebeldes mexicanos aconsejados para que tomen primero a Nogales.

N° 35

AHSRE L-E- 1245 F. 17

The International Monitor, Del Rio, Texas.

N° 2, Vol. 1

15 de septiembre de 1906

Traducción

Los rebeldes mexicanos aconsejados para que tomen primero a Nogales.

Terribles Cargos. Mentiras Descomunales.

De los Periódicos de Nuestros Primos.

Traducimos del St. Louis Globe Democrat: Douglas, Arizona, septiembre 5. En una carta hallada en la persona de José Bruno Treviño, uno de los hombres arrestados como revolucionarios mexicanos en las fronteras de Arizona, fecha en Toronto, Ontario, y firmada por R. Flores Magón, llamado jefe de la Junta Revolucionaria Mexicana, se instruye a Treviño, que, cuando tenga 100 hombres dispuestos para pelear, que ataque la aduana de Nogales, tome las armas que encuentre y proceda hacia las poblaciones del interior a reclutar gente. La carta dice: “Deje a Cananea a un lado por ahora”.

“Tome primero Nogales”. La carta previene a Treviño para que obre con precipitación, y dice: “No podemos fijar aún el día que el levantamiento tenga lugar, porque debemos armarnos antes. Hay cuarenta centros revolucionarios en toda la extensión del país resueltos a levantarse en armas, pero no todos las poseen en número suficiente. La Junta está trabajando para asegurar fondos para la revolución.

Hay personas que podían prestar dinero con el cual comprar armas. Si lo prestan la junta expedida los recibos necesarios, los que serán reconocidos y pagados después del triunfo de la revolución. De este modo nos es fácil conseguir dinero. Debemos tener cuidado de hacer el menor ruido posible, a fin de no tener al gobierno constantemente prevenido. Hay algunos que al instante se arrojarían sobre los déspotas. Pero esto no ocasionará sino desmoralización y pánico y debemos obrar cuando tengamos la seguridad del éxito. Sobre todo el movimiento no se detiene, pero no se efectuará el 16 de septiembre como ciertos periódicos no han manifestado procurando adivinar. El día del levantamiento no podemos señalarlo. Esto depende de que los distintos clubs o la mayoría de ellos, estén listos”.

Y añade el periódico, miles de ejemplares impresos el programa del llamado Partido Liberal, fueron descubiertos hoy por los oficiales de ésta. Se intentaba distribuirlos profusamente al iniciarse la antedicha revolución. Dos mexicanos más que se dice son miembros de la junta local, fueron arrestados. Cualquiera que lea la carta anterior y note cuidadosamente su contenido, comparando los escritos de cualquiera de los Flores Magón observa que no es ni puede ser de Don Ricardo la carta traducida arriba. El lenguaje pobre y sin los arranques viriles de los denodados escritores liberales, nos dice claramente que fue escrita por uno de tantos reporteros que se matan por descubrir secretos, y van y descubren… la oreja. El lenguaje firme y la palabra fácil al par que elocuente no puede imitarla un cualquiera y por eso es que hasta para falsificar una carta les falta talento y maña a algunos tíos. Ah y ahora resulta que no es contra los extranjeros, especialmente americanos, sino contra el gobierno del Gral. Díaz, contra quien se inicia el movimiento revolucionario.

Pues queridos tíos, ¿en qué quedamos?

¿Qué ya no les gustó el papel de víctimas? Que ahora quieren que Don Porfirio sea el chivo expiatorio, el holocausto, la inocente víctima:

Pues buen chasco se lleva el que quiera darle bromas al sucesor de Lerdo y de Manuel González.

Me parece que un gobierno que no ha procurado derrocarse sólo ni una sola vez durante 30 años desde 1876 no es fácil derrocarlo con una carta falsa atribuida a Don Ricardo Flores y 100 hombres que se va a ver si puede tener listos José Bruno Treviño, revolucionario bien conocido por el reportero de Douglas, Arizona.

No amigos, los elementos del Partido Liberal los proporciona el mismo gobierno del General Díaz, muchos de los que viven en la República bajo su autoridad, trabajan asiduamente por derrocarlo; no hay un solo pueblo en México que no tenga oposicionistas al gobierno de Don Porfirio, pero como nadie se atreve a postularse por no corre la suerte de otros que intentaron hacerlo, pues resulta que sigue de Presidente el General Díaz, quien por otra parte ya ha rehusado seguir en el puesto por haber servido ya mucho al país y estar cansado y anciano.

Desde el 76 empezó a rehusar, pero le ha llamado el pueblo con insistencia y le ha ordenado que siga, y ha obedecido nomás porque el pueblo no lo ha elegido a fuerza, y el abnegado se sacrifica en aras de la patria por no disgustar al pueblo y herir la delicadeza nacional.