N° 28
AHSRE
L-E-1240 (2) FF. 105 a 106
Consulado
de los Estado Unidos Mexicanos
Laredo,
Texas, 8 de septiembre de 1906.
RESERVADA
Oficio
del Cónsul de Laredo, Texas: Antonio V. Lomelí al Secretario de
Relaciones Exteriores
México,
D. F.
Asunto:
Ejercerá vigilancia para evitar la importación de armas a México.
Para ello solicita se le envíe un agente secreto. Informa de las
actividades vinculadas a la Junta Organizadora del PLM en Laredo.
Tengo
la honra de acusar recibo de la respetable nota número 20 de fecha 5
del actual, en la que se sirve informarme de que el Supremo Gobierno
tiene conocimiento de que se intenta importar clandestinamente a la
República por esta frontera norte cierta cantidad de armas y
municiones; recomendándome con este motivo, que ejerza la mayor
vigilancia posible para evitarlo, dando oportuno aviso de lo que en
ese particular ocurra, a la Secretaría de su merecido cargo y a la
Aduana mexicana más inmediata.
En
contestación tengo la honra de manifestar a usted, que se dará
cumplimiento a lo mandado, dentro de lo posible y hasta donde lo
permiten los escasos elementos con que para tal objeto cuenta esta
oficina.
Con
relación a este mismo asunto, debo informar a usted que hace tiempo
que vengo persiguiendo ciertos indicios, que no me ha sido posible
aclarar por falta absoluta de medios de vigilancia; por la apatía o
timidez de los mexicanos honrados que saben algo de lo que ocurre; y
por la marcada hostilidad de la mayoría, que están decididamente
afiliados a la oposición, debido a los manejos y publicaciones de
algunos descontentos,
Los
indicios a que arriba hago referencia, son los siguientes: Hace poco
tiempo que un desconocido se acercó a un comisionista mexicano de
ésta, proponiéndole que hiciera una compra de armas en el norte, en
su propio nombre, y las entregara a su arribo en esta población a la
persona que más tarde se le indicara. El comisionado rehusó desde
luego, sin pedir más datos, y hace pocos días me comunicó lo
ocurrido, manifestándome que no conoce ni es de este lugar el
individuo que le hizo la proposición.
Por
otra parte, a un oficial mexicano retirado que vive en esta ciudad,
parece que se le hicieron algunas vagas proposiciones de
alistamientos en una futura expedición, cosa que él se rehusó
desde luego, sin adquirir datos ningunos positivos sobre el objeto e
importancia de ese movimiento.
Hay,
también, aquí, mucha efervescencia entre los obreros de los
talleres del ferrocarril Nacional de México, quienes parece que
proyectan una huelga u otro movimiento desordenado, pues con
frecuencia tienen reuniones secretas y a veces profieren amenazas de
carácter vago para un futuro cercano.
Hay
en esta población mucho material para un motín o para una
expedición armada con cualquier objeto, pues tenemos aquí varios
descontentos políticos y una gran masa de población mexicana pobre
e ignorante, que está absolutamente en poder de los agitadores
políticos, socialistas, etc.
Entre
los mexicanos descontentos hay dos, especialmente, que están en
constante correspondencia con la llamada Junta Revolucionaria de
Saint Louis, Missouri; con otro grupo de descontentos y agitadores
que hay en “Del Rio”, Texas, (frente a la aduana de Las Vacas); y
probablemente con otros descontentos del interior de la República.
Creo que convendría vigilar muy estrechamente a estos dos
individuos, cuyos nombres son Marcial Garza Rivas y Ambrosio Ancira.
El primero tiene amigos y conexiones en Monterrey, y parece que tiene
algún agravio contra el General Don Bernardo Reyes; el segundo es
nativo de Sabinas Hidalgo, y perteneció alguna vez a la Gendarmería
Fiscal.
Para
ejercer la vigilancia que indico, me parece que lo mejor sería que
la Secretaría de Gobernación enviará aquí un Agente secreto, ágil
y leal, pues los detectives americanos y México- texanos que aquí
pudiera yo emplear no merecen la más mínima confianza por su falta
absoluta de honradez.
Por
otra parte, como desde la supresión de la Zona Libre está
aumentando el contrabando por esta frontera, los interesados en la
importación de armas a la República pueden utilizar muy bien este
elemento para el logro de sus fines.
Por
todos estos motivos, insisto y recomiendo como el mejor medio de
vigilancia, el envío de uno o varios agentes secretos a esta ciudad.
Tengo
también noticias de que la llamada “Junta” de St. Louis, tiene
arrendado en el correo de aquella ciudad el apartado número 1495,
bajo el nombre supuesto de A. L. Apple, enviándoseles a esa
dirección dinero y correspondencia de varias partes de la República.
Si se denunciara al Departamento de Correos en Washington, el uso
fraudulento que esos individuos hacen del servicio postal americano,
se les retirarían inmediatamente todos los privilegios postales y se
les negaría el derecho de usar el correo para sus bastardos fines.
Reitero
a usted las protestas de mi más respetuosa y atenta consideración.
Antonio
V. Lomelí
Firmado
Señor
Secretario de Estado y del Despacho de Relaciones Exteriores. México.
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