N° 88
AHSRE
L-E-1243 FF. 3 a 8
Anexo 3
Consulado de los Estados Unidos Mexicanos
St. Louis, Missouri, 7 de enero de 1907
Anexo N° 3 al despacho N° 108 del 7 de enero de 1907.
Nota de un Periódico no
Identificado
Cónsul mexicano expide datos.
M.E. Diebold, nulifica las pretensiones de la llamada Junta.
La revolución es denunciada.
Los editores de la extinguida: “La Regeneración” son calificados
“Swashbucklers”
En las semanas pasadas, la prensa de esta ciudad ha publicado varios
artículos referentes a una tal llamada Junta de St. Louis, cuyo fin era, según
se decía, de organizar un movimiento revolucionario, con el objeto de tirar al
Gobierno actual de la República de México.
Se dio mucha importancia al hecho de que ciertos individuos miembros de
la referida Junta, habían sido arrestados a instancias del Gobierno de México y
que se había solicitado su extradición.
Es también de llamar la atención, que varias veces se apeló el
sentimiento público, por medio de la prensa, en favor de las muchas personas
detenidas en diversos puntos de la frontera, basándose sobre el hecho de que
eran delincuentes políticos, no siendo otra cosa sino bandidos y asesinos
semejantes a los que en tiempo pasado infestaban los estados del Centro y del
Sudoeste de los Estados Unidos.
En los primeros días del mes de Septiembre último, ciertos periódicos
americanos, publicaron en largos artículos, los detalles de un movimiento
revolucionario inminente, que se debía verificar en la ciudad de México y en
otros puntos de la República, el día 16 de septiembre, profetizando que en
lugar de los recogidos acostumbrados que siempre marcan la revolución del día
de la independencia de México, habría gran mortandad y derrame de sangre.
Los turistas se alarmaron y aplazaron sus excursiones a la tierra del
brillante sol, de la fruta y de las flores, esperando con ansiedad que pasara
el día tantas veces anunciado.
Para el crítico observador, este particular 16 de septiembre, en la
ciudad de México, pasó con una inacostumbrada alegría y perfecta unión: ni
siquiera una señal de disturbios en ninguna parte; al contrario se registraron
menos casos de desórdenes, debido a la embriaguez, que en los años anteriores;
parecía que todo el pueblo mexicano había resuelto de común acuerdo demostrar
al mundo la falsedad que se publicaba contra él y la injusticia que se le hacía
a su país.
Un incidente más elocuente que ningún otro, relativo a la falsedad que
se propaló de que grandes desórdenes ocurrirían en este día, fue el hecho de
que el Vicepresidente de la República, Honorable Don Ramón Corral en compañía
del Honorable Don Roberto Núñez, el hábil Subsecretario de Hacienda, salieron a
pie, sin escolta, a media noche del día 15, paseándose hasta cierta distancia,
por las principales calles de la ciudad de México, acompañados durante todo el
tiempo de su paseo, por miles de personas, quienes lo aclamaban en todo el
trayecto.
No hay revolución inminente en México. El país está progresando; el
pueblo perfectamente contento y feliz; el Gobierno está establecido sobre bases
sólidas y el capital encuentra allí segura inversión, lo cual está comprobado
por los 500.000.000 de dólares americanos, invertidos en la República de
México, en minas, empresas agrícolas e industriales; sin embargo, como tanto se
ha hablado sobre la Junta Mexicana y sus miembros, permítame Señor Editor, de
relatar en las columnas de vuestro tan apreciable diario, los verdaderos hechos
y la historia de la supuesta Junta Revolucionaria Mexicana, que se da el nombre
de Partido Liberal, cuyas reformas están basadas sobre motivos egoístas, el
robo y la extorción.
Los Jefes principales del llamado Partido Liberal, son Ricardo Flores
Magón y su hermano Enrique Flores Magón, quienes se vieron obligados a
consecuencia de varios delitos, de salir de México y consiguieron pasar la
frontera en donde entablaron relaciones con un pobre y crédulo mexicano llamado
Camilo Arriaga, y dos mujeres quienes anteriormente publicaban en la ciudad de
México, un periódico titulado “Vísperas”.
El grupo se estableció en San Antonio, Texas, arreglaron entre los
varios socios una sociedad y haciéndose pasar ante el público americano y los
mexicanos residentes en Texas, como patriotas perseguidos. Arriaga, obtuvo, de
alguna manera, un préstamo de $3,000 dinero mexicano y con esa suma como
capital, establecieron un periódico revolucionario. Esta sociedad pronto fue
disuelta por motivos de disgustos entre las mujeres y los Magón.
Más tarde, Ricardo tuvo un disgusto con un pobre indio en San Antonio,
y le fue necesario dejar esa ciudad pero valiéndose de la ocasión para publicar
en su periódico que el indio había sido empleado por el Gobierno de México para
provocarle y causarle este disgusto.
Después de esto, los hermanos Magón, aparecieron en esta ciudad en
donde empezaron la publicación de “La Regeneración” con lo que les quedaba de
capital; este periódico publicado irregularmente estaba lleno de artículos
editoriales sensacionales a favor de la libertad. La política, sin embargo, era
más bien un movimiento económico que patriótico su objeto siendo solamente el
hacer dinero. Lo escritores eran movidos por un doble motivo: el deseo del
dinero y la vanidad.
Un proyecto vergonzoso fue acogido, empezaron por atacar la vida
privada y el carácter de varios empleados civiles y militares del gobierno así
como a sus familias, acusándoles de todos los vicios del mundo.
Uno de sus dichos característicos y muchas veces repetido era “No habrá
suficientes patíbulos en México cuando llegue la hora de represalias”.
Cuentos ficticios publicados
En su periódico dedicaban mucho espacio a historias ficticias de la
persecución de que eran víctimas, a descripciones de sus heroicas aventuras y a
ruegos a todo patriota de ayudarlos con fondos para poder sostener la guerra contra
la tiranía. Por este tiempo los fondos de los editores se encontraban casi
agotados y entonces empezaron un ataque indigno contra hombres prominentes de
México incluyendo al Señor vicepresidente y al honorable Señor Enrique Creel,
últimamente nombrado Embajador en los Estados Unidos. Publicaron una serie de
artículos con reflexiones de la vida privada de estos hombres prominentes de
México y quien había sido víctima de sus ataques, los arresto por difamación.
Este hecho dio a los editores de “La Regeneración” la oportunidad que
habían deseado; el aparecer mártires por la causa de la libertad. Empezaron por
mandar por todo México, circulares hechas en mimeografía solicitando ayuda.
Aseguraban haber sido amenazados de extradición y falsamente dijeron que serían
fusilados si esto se llevaba a cabo; añadieron no tener dinero con que pagar
abogados para su defensa y también que no tenían de qué vivir.
Sus ruegos y proclamación fueron coronados con éxito y empezó entonces
una era de prosperidad para los miembros de la Junta que entonces estaba
compuesta de Ricardo Flores Magón, Enrique Flores Magón, Juan Sarabia, Antonio
I. Villarreal, Lauro Aguirre, Librado Rivera, León Cárdenas, Cesar E. Canales y
Carlos Carmona. Arriaga habiendo sido despedido tan pronto como su dinero
acabó.
Ricardo Flores Magón era el director y la cabeza del partido.
Villarreal, manejaba los negocios. Sarabia era un miembro de mucho valor para
el grupo, pues poseía un talento excepcional como escritor sensacional. Rivera
tomaba una parte enérgica en los negocios de la Junta. Aarón López Manzano, el
hombre de muchos alias, es otro miembro de la dicha Junta, su trabajo no era
más que de un jornalero impresor, este individuo es, solamente, un títere
ridículo que no tiene cualidades de ninguna clase. Nunca se le ha tomado
seriamente y nunca fue pedido por el Gobierno Mexicano, pues fuera de sus
pretensiones y su perversa naturaleza no es peligroso, su objeto últimamente ha
sido dar noticias falsas a cierto periódico de esta ciudad.
En resumen, todos estos hombres que se han hecho aparecer sobre papel
como terribles no tienen en realidad hombres ninguna influencia, ninguna
posición social, siendo simplemente aventureros y prófugos de la justicia.
En Octubre de 1905, se les confiscó la imprenta. Se recogieron muchas
cartas y papeles en que se encuentran revelados todos los planes de los
conspiradores y la naturaleza de sus trabajos. Entre los papeles que fueron
recogidos en ese tiempo y que ahora están en la posesión del Gobierno Mexicano,
se encuentra el siguiente documento interesante que es el programa arreglado
por estos hombres y que intentaban llevar a cabo.
Plan de operaciones;
1ro. Reconocer en El Paso, Texas, 200 hombres resueltos y armados de
los que han ofrecido sus servicios en la frontera para asaltar Ciudad Juárez.
Fueron nombrados como jefes de la expedición, Cesar E. Canales y León Cárdenas.
2do. Volar con dinamita el Cuartel Federal, la Gendarmería Fiscal, la
Jefatura Política y haciendo uso de una de las locomotoras del Central avanzar
hasta cerca de Chihuahua y volar con dinamita todos los puentes del ferrocarril
Central Mexicano. El manejo de la locomotora se confería a Vicente de la Torre,
quien ha trabajado como fogonero y maquinista en ferrocarriles americanos.
3ro. Asaltar la Aduana, la Agencia del Banco Nacional de México, la
Agencia del Banco Minero, la casa del Sr. Inocencio Ochoa, la de los Sres.
Ketelson y Degetau y varias casas de comercio en Ciudad Juárez, para proveerse
de armas y dinero.
4to. Volar con dinamita la casa del General Don Luis Terrazas, de
Chihuahua, para lo cual se nombraría una comisión de tres dinamiteros resueltos
a todos hasta consumar el hecho.
5to. Conservar la Junta Revolucionaria en El Paso, Texas, para
maniobrar libremente y para proveer de armas y municiones de guerra al ejército
que levantaría Cesar E. Canales, León Cárdenas y otros jefes que vendrían de la
frontera. León Cárdenas como conocedor del terreno y de todos los ranchos del
General Don Luis Terrazas, los ocuparía para aumentar sus elementos de gente,
armas, caballos y provisiones para internarse a la Sierra en caso de ser
perseguido por la llanura. Cesar E. Canales expedicionaría sobre otras partes
del Estado, ocupando Santa Eulalia, Santa Bárbara, donde existen agentes que
estaban preparando la revolución.
6to. Comunicar violentamente todos los triunfos que se alcanzaron en
Chihuahua a sus correligionarios de la frontera y de San Luis Potosí, Sonora y
Veracruz para darles ánimo y conseguir que se lancen a las vías del hecho.
7to. Nombrar Gobernador del Estado de Chihuahua a Eduardo González,
comerciante de Ciudad Juárez.
8to. Hacer que Don Inocencio Ochoa entregue todo el dinero que tiene
escondido y que se estima en más de $500.000, amagándolo con la muerte y con
volarle todas sus casas si no entrega el dinero.
Don Inocencio Ochoa es uno de los hombres más ricos del Norte de México
y vive cerca de Ciudad Juárez.
Este plan nunca se llevó a cabo pues los organizadores se ocuparon en
otros negocios antes de dar el golpe de estado. Como resultado se aprehendió a
Aguirre y a Sarabia; Villarreal que mató a un hombre en México y se refugió en
este país, está ahora en la Cárcel en El Paso esperando ser deportado; Librado
Rivera a quien se aprehendió en esta ciudad, fue puesto en libertad en
Noviembre último, debido a exhortos defectuosos.
En conclusión, permítame Ud. Señor Editor, rectificar lo que tantas
veces se ha publicado: que si estos hombres fueran devueltos a México serian
inmediatamente fusilados. Esto es erróneo y fue solamente instigado por los
conspiradores para atraerse asimismo el sentimiento público. La Justicia en
México es una institución tan digna como en cualquier otro país; su
administración está en manos de honorados, imparciales y honorables ciudadanos;
cada uno goza de la plena garantía de sus derechos y la pena capital es muy
raras veces impuesta excepto cuando la ley absolutamente lo exige. Los delitos
políticos son castigados con la pena de prisión y desde hace algunos años, es
un hecho notable que en una clemencia excepcional ha sido acordada a esta clase
de criminales por el gran y noble ciudadano Señor General Don Porfirio Díaz,
Presidente de la República de México quien ha consagrado toda su vida al
desarrollo de su país y al bienestar de su pueblo.
Muy respetuosamente de Usted.
M. E. Diebold
Firmado
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