N° 87
AHSRE L-E-922 F 249
República Mexicana,
Juzgado de Distrito Nogales, Sonora.
24 de diciembre de 1906.
N°5174
Oficio del Juez de
Distrito en Sonora al Secretario de Relaciones Exteriores
México, D.F.
Asunto: Adjunta
constancias para solicitar extradición de Librado Rivera
Para los efectos de auto
de fecha 29 del último Noviembre y a fin de solicitar la extradición
de Librado Rivera, que se encuentra en Canadá, tengo el honor de
adjudicar a Ud. copia certificada de las constancias conducentes que
obran en la causa, que en este Juzgado se instruye contra Ricardo
Flores Magón y Socios, por los delitos de homicidio, robo con
violencia y daño en propiedad ajena, advirtiendo a Ud. que ya se
pide por separado la extradición de los demás acusados.
Protesto a Ud. mi atenta
consideración.
Libertad y Constitución,
Hermosillo, Diciembre 24 de 1906.
El Juez de Distrito.
Rafael Huacuja y Ávila
Firmado
Secretario de Estado y
del Despacho de Relaciones Exteriores.
México
N° 88
AHSRE L-E-1243 FF. 3 a
8
Anexo 3
Consulado de los Estados
Unidos Mexicanos
St. Louis, Missouri, 7 de
enero de 1907
Anexo N° 3 al despacho
N° 108 del 7 de enero de 1907.
Nota de un Periódico
no Identificado
Cónsul mexicano expide
datos.
M.E. Diebold, nulifica
las pretensiones de la llamada Junta.
La revolución es
denunciada.
Los editores de la
extinguida: “La Regeneración” son calificados “Swashbucklers”
En las semanas pasadas,
la prensa de esta ciudad ha publicado varios artículos referentes a
una tal llamada Junta de St. Louis, cuyo fin era, según se decía,
de organizar un movimiento revolucionario, con el objeto de tirar al
Gobierno actual de la República de México.
Se dio mucha importancia
al hecho de que ciertos individuos miembros de la referida Junta,
habían sido arrestados a instancias del Gobierno de México y que se
había solicitado su extradición.
Es también de llamar la
atención, que varias veces se apeló el sentimiento público, por
medio de la prensa, en favor de las muchas personas detenidas en
diversos puntos de la frontera, basándose sobre el hecho de que eran
delincuentes políticos, no siendo otra cosa sino bandidos y asesinos
semejantes a los que en tiempo pasado infestaban los estados del
Centro y del Sudoeste de los Estados Unidos.
En los primeros días del
mes de Septiembre último, ciertos periódicos americanos, publicaron
en largos artículos, los detalles de un movimiento revolucionario
inminente, que se debía verificar en la ciudad de México y en otros
puntos de la República, el día 16 de septiembre, profetizando que
en lugar de los recogidos acostumbrados que siempre marcan la
revolución del día de la independencia de México, habría gran
mortandad y derrame de sangre.
Los turistas se alarmaron
y aplazaron sus excursiones a la tierra del brillante sol, de la
fruta y de las flores, esperando con ansiedad que pasara el día
tantas veces anunciado.
Para el crítico
observador, este particular 16 de septiembre, en la ciudad de México,
pasó con una inacostumbrada alegría y perfecta unión: ni siquiera
una señal de disturbios en ninguna parte; al contrario se
registraron menos casos de desórdenes, debido a la embriaguez, que
en los años anteriores; parecía que todo el pueblo mexicano había
resuelto de común acuerdo demostrar al mundo la falsedad que se
publicaba contra él y la injusticia que se le hacía a su país.
Un incidente más
elocuente que ningún otro, relativo a la falsedad que se propaló de
que grandes desórdenes ocurrirían en este día, fue el hecho de que
el Vicepresidente de la República, Honorable Don Ramón Corral en
compañía del Honorable Don Roberto Núñez, el hábil Subsecretario
de Hacienda, salieron a pie, sin escolta, a media noche del día 15,
paseándose hasta cierta distancia, por las principales calles de la
ciudad de México, acompañados durante todo el tiempo de su paseo,
por miles de personas, quienes lo aclamaban en todo el trayecto.
No hay revolución
inminente en México. El país está progresando; el pueblo
perfectamente contento y feliz; el Gobierno está establecido sobre
bases sólidas y el capital encuentra allí segura inversión, lo
cual está comprobado por los 500.000.000 de dólares americanos,
invertidos en la República de México, en minas, empresas agrícolas
e industriales; sin embargo, como tanto se ha hablado sobre la Junta
Mexicana y sus miembros, permítame Señor Editor, de relatar en las
columnas de vuestro tan apreciable diario, los verdaderos hechos y la
historia de la supuesta Junta Revolucionaria Mexicana, que se da el
nombre de Partido Liberal, cuyas reformas están basadas sobre
motivos egoístas, el robo y la extorción.
Los Jefes principales del
llamado Partido Liberal, son Ricardo Flores Magón y su hermano
Enrique Flores Magón, quienes se vieron obligados a consecuencia de
varios delitos, de salir de México y consiguieron pasar la frontera
en donde entablaron relaciones con un pobre y crédulo mexicano
llamado Camilo Arriaga, y dos mujeres quienes anteriormente
publicaban en la ciudad de México, un periódico titulado
“Vísperas”.
El grupo se estableció
en San Antonio, Texas, arreglaron entre los varios socios una
sociedad y haciéndose pasar ante el público americano y los
mexicanos residentes en Texas, como patriotas perseguidos. Arriaga,
obtuvo, de alguna manera, un préstamo de $3,000 dinero mexicano y
con esa suma como capital, establecieron un periódico
revolucionario. Esta sociedad pronto fue disuelta por motivos de
disgustos entre las mujeres y los Magón.
Más tarde, Ricardo tuvo
un disgusto con un pobre indio en San Antonio, y le fue necesario
dejar esa ciudad pero valiéndose de la ocasión para publicar en su
periódico que el indio había sido empleado por el Gobierno de
México para provocarle y causarle este disgusto.
Después de esto, los
hermanos Magón, aparecieron en esta ciudad en donde empezaron la
publicación de “La Regeneración” con lo que les quedaba de
capital; este periódico publicado irregularmente estaba lleno de
artículos editoriales sensacionales a favor de la libertad. La
política, sin embargo, era más bien un movimiento económico que
patriótico su objeto siendo solamente el hacer dinero. Lo escritores
eran movidos por un doble motivo: el deseo del dinero y la vanidad.
Un proyecto vergonzoso
fue acogido, empezaron por atacar la vida privada y el carácter de
varios empleados civiles y militares del gobierno así como a sus
familias, acusándoles de todos los vicios del mundo.
Uno de sus dichos
característicos y muchas veces repetido era “No habrá suficientes
patíbulos en México cuando llegue la hora de represalias”.
Cuentos ficticios
publicados
En su periódico
dedicaban mucho espacio a historias ficticias de la persecución de
que eran víctimas, a descripciones de sus heroicas aventuras y a
ruegos a todo patriota de ayudarlos con fondos para poder sostener la
guerra contra la tiranía. Por este tiempo los fondos de los editores
se encontraban casi agotados y entonces empezaron un ataque indigno
contra hombres prominentes de México incluyendo al Señor
vicepresidente y al honorable Señor Enrique Creel, últimamente
nombrado Embajador en los Estados Unidos. Publicaron una serie de
artículos con reflexiones de la vida privada de estos hombres
prominentes de México y quien había sido víctima de sus ataques,
los arresto por difamación.
Este hecho dio a los
editores de “La Regeneración” la oportunidad que habían
deseado; el aparecer mártires por la causa de la libertad. Empezaron
por mandar por todo México, circulares hechas en mimeografía
solicitando ayuda. Aseguraban haber sido amenazados de extradición y
falsamente dijeron que serían fusilados si esto se llevaba a cabo;
añadieron no tener dinero con que pagar abogados para su defensa y
también que no tenían de qué vivir.
Sus ruegos y proclamación
fueron coronados con éxito y empezó entonces una era de prosperidad
para los miembros de la Junta que entonces estaba compuesta de
Ricardo Flores Magón, Enrique Flores Magón, Juan Sarabia, Antonio
I. Villarreal, Lauro Aguirre, Librado Rivera, León Cárdenas, Cesar
E. Canales y Carlos Carmona. Arriaga habiendo sido despedido tan
pronto como su dinero acabó.
Ricardo Flores Magón era
el director y la cabeza del partido. Villarreal, manejaba los
negocios. Sarabia era un miembro de mucho valor para el grupo, pues
poseía un talento excepcional como escritor sensacional. Rivera
tomaba una parte enérgica en los negocios de la Junta. Aarón López
Manzano, el hombre de muchos alias, es otro miembro de la dicha
Junta, su trabajo no era más que de un jornalero impresor, este
individuo es, solamente, un títere ridículo que no tiene cualidades
de ninguna clase. Nunca se le ha tomado seriamente y nunca fue pedido
por el Gobierno Mexicano, pues fuera de sus pretensiones y su
perversa naturaleza no es peligroso, su objeto últimamente ha sido
dar noticias falsas a cierto periódico de esta ciudad.
En resumen, todos estos
hombres que se han hecho aparecer sobre papel como terribles no
tienen en realidad hombres ninguna influencia, ninguna posición
social, siendo simplemente aventureros y prófugos de la justicia.
En Octubre de 1905, se
les confiscó la imprenta. Se recogieron muchas cartas y papeles en
que se encuentran revelados todos los planes de los conspiradores y
la naturaleza de sus trabajos. Entre los papeles que fueron recogidos
en ese tiempo y que ahora están en la posesión del Gobierno
Mexicano, se encuentra el siguiente documento interesante que es el
programa arreglado por estos hombres y que intentaban llevar a cabo.
Plan de operaciones;
1ro. Reconocer en El
Paso, Texas, 200 hombres resueltos y armados de los que han ofrecido
sus servicios en la frontera para asaltar Ciudad Juárez. Fueron
nombrados como jefes de la expedición, Cesar E. Canales y León
Cárdenas.
2do. Volar con dinamita
el Cuartel Federal, la Gendarmería Fiscal, la Jefatura Política y
haciendo uso de una de las locomotoras del Central avanzar hasta
cerca de Chihuahua y volar con dinamita todos los puentes del
ferrocarril Central Mexicano. El manejo de la locomotora se confería
a Vicente de la Torre, quien ha trabajado como fogonero y maquinista
en ferrocarriles americanos.
3ro. Asaltar la Aduana,
la Agencia del Banco Nacional de México, la Agencia del Banco
Minero, la casa del Sr. Inocencio Ochoa, la de los Sres. Ketelson y
Degetau y varias casas de comercio en Ciudad Juárez, para proveerse
de armas y dinero.
4to. Volar con dinamita
la casa del General Don Luis Terrazas, de Chihuahua, para lo cual se
nombraría una comisión de tres dinamiteros resueltos a todos hasta
consumar el hecho.
5to. Conservar la Junta
Revolucionaria en El Paso, Texas, para maniobrar libremente y para
proveer de armas y municiones de guerra al ejército que levantaría
Cesar E. Canales, León Cárdenas y otros jefes que vendrían de la
frontera. León Cárdenas como conocedor del terreno y de todos los
ranchos del General Don Luis Terrazas, los ocuparía para aumentar
sus elementos de gente, armas, caballos y provisiones para internarse
a la Sierra en caso de ser perseguido por la llanura. Cesar E.
Canales expedicionaría sobre otras partes del Estado, ocupando Santa
Eulalia, Santa Bárbara, donde existen agentes que estaban preparando
la revolución.
6to. Comunicar
violentamente todos los triunfos que se alcanzaron en Chihuahua a sus
correligionarios de la frontera y de San Luis Potosí, Sonora y
Veracruz para darles ánimo y conseguir que se lancen a las vías del
hecho.
7to. Nombrar Gobernador
del Estado de Chihuahua a Eduardo González, comerciante de Ciudad
Juárez.
8to. Hacer que Don
Inocencio Ochoa entregue todo el dinero que tiene escondido y que se
estima en más de $500.000, amagándolo con la muerte y con volarle
todas sus casas si no entrega el dinero.
Don Inocencio Ochoa es
uno de los hombres más ricos del Norte de México y vive cerca de
Ciudad Juárez.
Este plan nunca se llevó
a cabo pues los organizadores se ocuparon en otros negocios antes de
dar el golpe de estado. Como resultado se aprehendió a Aguirre y a
Sarabia; Villarreal que mató a un hombre en México y se refugió en
este país, está ahora en la Cárcel en El Paso esperando ser
deportado; Librado Rivera a quien se aprehendió en esta ciudad, fue
puesto en libertad en Noviembre último, debido a exhortos
defectuosos.
En conclusión, permítame
Ud. Señor Editor, rectificar lo que tantas veces se ha publicado:
que si estos hombres fueran devueltos a México serian inmediatamente
fusilados. Esto es erróneo y fue solamente instigado por los
conspiradores para atraerse asimismo el sentimiento público. La
Justicia en México es una institución tan digna como en cualquier
otro país; su administración está en manos de honorados,
imparciales y honorables ciudadanos; cada uno goza de la plena
garantía de sus derechos y la pena capital es muy raras veces
impuesta excepto cuando la ley absolutamente lo exige. Los delitos
políticos son castigados con la pena de prisión y desde hace
algunos años, es un hecho notable que en una clemencia excepcional
ha sido acordada a esta clase de criminales por el gran y noble
ciudadano Señor General Don Porfirio Díaz, Presidente de la
República de México quien ha consagrado toda su vida al desarrollo
de su país y al bienestar de su pueblo.
Muy respetuosamente de
Usted.
M. E.
Diebold
Firmado
No hay comentarios.:
Publicar un comentario